Columna de opinión: El reciclaje en los tiempos de Covid-19

5 de Mayo 2021

Según el estudio del Banco Mundial “Los desechos 2.0: Un panorama mundial de la gestión de desechos sólidos hasta 2050” (2018), en el mundo se generan anualmente 2010 millones de toneladas de desechos municipales sólidos, lo que equivale casi a 12 mil veces el peso de todo el hormigón que se utilizó en la construcción […]

Según el estudio del Banco Mundial “Los desechos 2.0: Un panorama mundial de la gestión de desechos sólidos hasta 2050” (2018), en el mundo se generan anualmente 2010 millones de toneladas de desechos municipales sólidos, lo que equivale casi a 12 mil veces el peso de todo el hormigón que se utilizó en la construcción de la torre Costanera Center.

Si bien Chile es un país relativamente pequeño, según este mismo estudio, actualmente nuestro país, ostenta el segundo lugar a nivel latinoamericano de generación de residuos per cápita con 1,15 kg/día, superados solo por México que genera 1,16 kg/día. Este número se contrasta con los niveles de reciclaje que tenemos en el país, donde ocupamos el penúltimo lugar en tasa de reciclaje de los 36 países miembros de la OCDE.

Para todos los que separamos nuestros residuos en casa, sabemos que reciclar en Chile nunca ha sido una tarea fácil; envases que no están rotulados, falta de información sobre cómo y dónde reciclar, son algunos de los muchos problemas a los que aún nos vemos enfrentados al momento de reciclar. Lamentablemente, la pandemia ha dificultado aún más la realización de esta labor en gran parte por el cierre (temporal o permanente) de varios puntos limpios y la falta de permisos en fases de cuarentena.

Hasta la fecha, las iniciativas de reciclaje en Chile se han logrado principalmente gracias a iniciativas comunales que, en conjunto con el sector privado, han levantado proyectos de recolección de materiales reciclables. Para todos los actores de la cadena de los productos que generan los residuos (productores, intermediarios y consumidores) esta tarea es voluntaria y exige un esfuerzo adicional por separar los materiales, almacenar y gestionar las fracciones reciclables de los residuos.

En el marco de la Ley de Fomento al Reciclaje (Ley REP) se están generando los reglamentos que establecen las obligaciones de los productores respecto de los residuos finales de sus productos, lo cual permitirá mejorar las tasas de reciclabilidad en el país. Sin embargo, estos no estarán implementados totalmente hasta, al menos, un par de años más y urge de sobremanera generar mecanismos innovadores que permitan la instauración de sistemas de reciclajes efectivos que permitan una gestión responsable de los residuos. 

Esta necesidad es aún más urgente al considerar los efectos de la pandemia, donde las dificultades para reciclar han aumentado, con múltiples puntos limpios del país que cerraron sus puertas o han pausado sus operaciones. Este es el caso del Campus San Joaquín, donde tanto los vecinos aledaños como profesores, funcionarios y alumnos han visto dificultadas sus opciones de reciclar.

Para las personas que intentan ser responsables de la gestión de sus residuos, durante la pandemia muchas veces su única opción es almacenar los materiales de reciclaje hasta poder llevarlos a un punto limpio, donde en algunos casos ha significado más de un mes de juntar reciclables; lo que genera un desincentivo a reciclar, ya que no todos los hogares tienen espacio suficiente para esto.

Esto, sin embargo, también ha tenido un lado positivo, la acumulación de los reciclables nos ha permitido a muchos observar el efecto acumulado de nuestras opciones de consumo. Observar la evidencia de nuestras acciones nos lleva a reflexionar respecto del impacto de nuestras decisiones y, esperamos, a darnos cuenta de que acciones preventivas como reducir, reutilizar y reparar, debiesen ser las primeras acciones que tomemos en la lucha por la gestión responsable de nuestros residuos.

Columna de opinión por Stefano Botello, Ingeniero GreenLab-Dictuc

Foto Stefano Botello