Columna de opinión: Transformar los sistemas alimentarios, pero sin dejar a nadie atrás

La Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), desde 1979 conmemora cada 16 de octubre el Día Mundial de la Alimentación, cuyo objetivo es promover la concientización y la acción en todo el mundo a favor de aquellos que padecen hambre y para recordar la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria y dietas nutritivas para todos.

La pandemia por COVID-19 ha puesto en relieve las fragilidades de nuestro sistema alimentario y las inequidades en nuestras sociedades, lo que está causando un aumento en el hambre y de la inseguridad alimentaria. De hecho, el hambre y la inseguridad alimentaria han experimentado un aumento sistemático a nivel mundial desde el año 2014. Esta situación también se repite en nuestro país, el que si bien presenta niveles de inseguridad alimentaria mucho menores al resto de Latinoamérica, de igual forma ha visto un aumento progresivo durante los últimos años.

Por otra parte, factores como la pandemia, la guerra entre Rusia y Ucrania, y fenómenos climáticos extremos que han sido cada vez más recurrentes, han provocado un aumento en el precio de los alimentos, situación de la cual Chile no ha estado exento y que ha dificultado a muchas familias, especialmente de bajos ingresos, la asequibilidad a alimentos saludables.

A este panorama, se suma que según la Encuesta Nacional de Salud 2016-2017 y el Mapa Nutricional JUNAEB 2021, un 31,4% de la población mayor de 15 años y un 31% de los niños en edad escolar, presentan obesidad. Esto hace que cada vez se haga más urgente la implementación de políticas holísticas, de tal manera de lograr una transformación de nuestros sistemas alimentarios, permitiendo avanzar a modelos de producción y consumo, más justos, inclusivos y sostenibles, para así lograr cumplir el lema del Día Mundial de la Alimentación 2022 y que es “No dejar a NADIE atrás”.