Columna de opinión: Aguas lluvias, los impactos silenciosos sobre cauces y cuerpos de aguas

8 de Junio 2023

Comienza junio y nos acercamos a un nuevo invierno. Si bien aún en un contexto de sequía, el probable desarrollo del fenómeno del Niño podría traer un aumento de la precipitación, particularmente en la zona centro-sur del país. Dada las menores tasas de urbanización y una mayor y mejor convivencia con la lluvia en estos […]

Comienza junio y nos acercamos a un nuevo invierno. Si bien aún en un contexto de sequía, el probable desarrollo del fenómeno del Niño podría traer un aumento de la precipitación, particularmente en la zona centro-sur del país. Dada las menores tasas de urbanización y una mayor y mejor convivencia con la lluvia en estos climas más húmedos, queda la sensación de que, salvo en el caso de eventos de gran magnitud, las ciudades y pueblos en esta zona resisten mejor las precipitaciones. Sin embargo, anegamientos e inconvenientes en el funcionamiento de las ciudades no son los únicos efectos negativos. También hay impactos ambientales, silenciosos, pero no menos significativos, en ríos, lagos y otros cuerpos de agua.

Es sabido que parte de las aguas lluvias ingresa formal o informalmente en el sistema de alcantarillado de aguas servidaslo que significa aumentos en volúmenes y caudales en este sistema. En muchas ocasiones este aumento lleva al colapso del alcantarillado, ya sea en puntos de la red, o a la entrada de las plantas de tratamiento que ven sobrepasada su capacidad de operación. En ambos casos se termina vertiendo la mezcla de aguas lluvias y servidas sin tratamiento a la superficie, afectando la calidad de cauces y cuerpos receptores, y por ende, de los ecosistemas que ahí se desarrollan. Un simple cálculo muestra que un alcantarillado diseñado únicamente para transportar las aguas servidas de una manzana urbanizada, sólo podría contener la escorrentía producida por una lluvia de una intensidad muy baja: 0,5 mm/h. En otras palabras, un alcantarillado de aguas servidas que drene completamente las aguas lluvias de una urbanización, y que no esté diseñado para eso, podría eventualmente colapsar cada vez que llueve. Lo anterior puede significar un problema ambiental y de salud pública relevante en una ciudad como Valdivia o Osorno, donde llega a llover la mitad de los días del año. 

Para reducir estos vertidos de aguas servidas, se debe evitar que estas se mezclen con las aguas lluvias. Una opción, de alto costo y complejidad, es separar totalmente los sistemas de aguas lluvias y alcantarillado. Una opción complementaria, pero esencial, es evitar que las aguas lluvias entren en el sistema de aguas servidas, o que lo hagan a tasas controladas para no colapsar dicho sistema. Esto se puede lograr con el uso de Sistemas Urbanos de Drenaje Sustentable (SUDS), que son técnicas que replican el funcionamiento natural del ciclo hidrológico en la urbanización. Estas SUDS pueden proporcionar una capacidad de infiltración y almacenamiento de aguas lluvias que reduce volúmenes y caudales a valores típicos de condiciones naturales. Estas técnicas pueden ser particularmente exitosas frente a los eventos más frecuentes y de menor magnitud, de modo que su implementación contribuye a reducir significativamente los eventos anuales de colapso de sistemas de alcantarillado. Por otra parte, este tipo de soluciones mejora la calidad de las aguas lluvias mismas, puesto que: (1) la infiltración facilita la infiltración rápida de aguas lluvias limpias antes que se ensucien medida que escurren por la superficie, y (2) el almacenamiento permite la sedimentación de sólidos y otros contaminantes que se adhieren a ellos. Adicionalmente, los SUDS tienen otros co-beneficios relacionados con aspectos recreativos y estéticos, promoción de biodiversidad, control de temperatura, etc. Es decir, los SUDS tienen una utilidad e impacto positivo tanto cuando llueve como cuando no. Finalmente, en muchos casos estas soluciones son más factibles en ambientes consolidados existentes dentro de la ciudad: los pavimentos porosos pueden ser usados en estacionamiento y ciclovías, los jardines infiltrantes en bandejones centrales y veredas con franjas permeables, los estanques de retención en plazas y parques, y los techos verdes en reemplazo de techos tradicionales. Los conocimientos, métodos de diseño y tecnologías están a nuestro alcance para implementar masivamente los SUDS; solo falta tomarse en serio los impactos globales ambientales que pueden mitigarse con su adopción. 

Columna de opinión por Jorge Gironás, director del Departamento de Ingeniería Hidráulica y Ambiental de la Escuela de Ingeniería de la UC e investigador CEDEUS y CIGIDEN.