Una navidad sustentable
Hace dos semanas Chile entró por primera vez en “sobregiro ambiental”, agotando todos los recursos naturales correspondientes a 2015. Este sobregiro nacional ocurre justamente a vísperas de una de las fechas que más nos incita al consumismo: La navidad.
Porque pareciera que para la publicidad y los medios, la navidad es sinónimo de muchas compras y cada año con más anticipación, nos recuerdan el mismo mensaje: El amor se demuestra con regalos.
¿Por qué regalos?
Para el mundo católico, la navidad conmemora el nacimiento de Jesucristo y es, por tanto, una época de reflexión y austeridad. Sin embargo, nos hemos acostumbrado a la tradición de los regalos cuyos orígenes son diversos. Para nosotros la historia más conocida es la proveniente de San Nicolás de Bari, obispo turco del siglo IV, popular por su generosidad con los más necesitados y los niños. Este santo proveedor de obsequios se hizo conocido rápidamente en Europa y llegó a Estados Unidos durante el siglo XVIII. Fue en Nueva York donde tuvo su transformación en la figura de Santa Claus o Viejito Pascuero como lo conocemos en Chile.
Al ser Santa Claus una imagen potente, positiva y universal, pues ya había perdido su carácter religioso, muchas empresas empezaron a asociar sus productos a él con fines publicitarios. En 1931 Coca Cola encargó las famosas ilustraciones del personaje para hacerlo más cercano y creíble, imagen popular hasta el día de hoy.
En Chile, este personaje se difunde de la mano de los colonos alemanes a principios de siglo XX que lo utilizaban para publicitar sus productos en navidad, aunque la tradición de regalar juguetes a los niños era anterior a esta figura. Sin embargo, la costumbre de regalar a los adultos es mucho más reciente, nacida como consecuencia del sistema económico, aprovechando cada celebración como una instancia para aumentar las ventas, instándonos al consumo desenfrenado.
Sabemos que el nivel de consumo al que hemos llegado es insostenible para el planeta y nos aleja de valores humanos, por lo que te invitamos a no caer en el consumismo esta navidad.
Consejos para una navidad sustentable
Dentro de los regalos más deseados siempre se encuentra el vestuario, calzado, los aparatos electrónicos y los cosméticos. Antes de comprar cualquier regalo, pregúntate ¿Es necesario? ¿Conoces el impacto socioambiental de los productos que estás adquiriendo?
Aquí te dejamos algunos consejos para tomar conciencia en estas fiestas:
No regales materialismo
Si crees que el verdadero sentido de la navidad está en celebrar el nacimiento de Jesús y/o compartir con tus seres queridos, los objetos sobran. Lo importante es demostrar cariño y unidad y promover en tu entorno familiar una navidad con sentido.
No regales por compromiso
Ante todo pregúntate: Si no vas a dedicar tiempo a pensar y buscar un regalo que esa persona realmente necesite ¿Vale la pena comprar ese regalo?
No regales esclavitud
La industria de la ropa y calzado está dentro de las industrias que tienen mayor impacto socioambiental, no sólo por su huella ecológica, sino por las precarias condiciones laborales de quienes los manufacturan. Las grandes cadenas de ropa tercerizan su producción a países con pobre legislación laboral y mano de obra barata en fábricas de explotación.
La ropa no es lo único fabricado en condiciones de esclavitud, puedes descubrir tu huella de esclavitud en: http://slaveryfootprint.org/
No regales crueldad
Muchos de los cosméticos y productos de belleza que encontramos en las tiendas realizan pruebas crueles y dolorosas en animales tales como perros, gatos y roedores. Evita apoyar esta práctica de la industria buscando los sellos Cruelty Free de Peta, Leaping Bunny o Te Protejo.
Además, en la página web de la organización nacional Te Protejo podrás encontrar distintas opciones de cosmética libre de crueldad animal para regalar.
Hazte cargo de los residuos electrónicos
Pregúntate si realmente es necesario cambiar el celular cada año o sólo es la presión por estar a la vanguardia de la tecnología. Los aparatos electrónicos en desuso son residuos peligrosos que debido a sus componentes tóxicos contaminan el suelo y el agua. Si realmente es necesario cambiar tus aparatos electrónicos, averigua donde puedes disponerlos de forma segura.
Del mismo modo, evita los juguetes que usen pilas.
Regala experiencias
Una alternativa a la acumulación de objetos y desechos es regalar experiencias. Una cena, un paseo familiar, unas clases de baile ¡Existen muchas posibilidades si nos ponemos creativos! Una experiencia o un buen recuerdo es mucho más valioso que un objeto desechable.
Haz algo con tus propias manos
Si bien no todos tenemos las habilidades manuales para confeccionar nuestros propios regalos, esta es una opción con alto valor emocional, pues hay tiempo y dedicación puesto en ello. Un dibujo, una tarjeta, unas galletas caseras, siempre hay opciones para descubrir.
Prefiere local y a pequeña escala
Si vas a comprar un regalo, prefiere algo que se haya hecho en Chile, que sepas quién lo haya hecho y que fomente la economía local y no a las grandes multinacionales. Existen muchas opciones de ferias que reúnen a artesanos, diseñadores o microemprendedores que pueden ofrecer alternativas.
Seamos capaces de cuestionar nuestros estilos de vida, atrévete a vivir una navidad distinta y con sentido.