Columna de opinión: Contemplación y apreciación para la carbononeutralidad

16 de Noviembre 2020

Ideas Centrales de zhi guan 知 觀[1] en chino shikan[2] en japonés. Apreciar la naturaleza es un ejercicio que abordamos como una conexión con algo ajeno, distinto a nosotros. Creemos que la naturaleza está afuera y la podemos apreciar, pero olvidamos que nuestro cuerpo es naturaleza también, ya que, como una semilla, entra en la vida, se […]

Ideas Centrales de zhi guan 知 觀[1] en chino shikan[2] en japonés.

Apreciar la naturaleza es un ejercicio que abordamos como una conexión con algo ajeno, distinto a nosotros.

Creemos que la naturaleza está afuera y la podemos apreciar, pero olvidamos que nuestro cuerpo es naturaleza también, ya que, como una semilla, entra en la vida, se desarrolla al interior de un vientre, que es como el vientre de la tierra y, luego, nace, crece y envejece para volver inerte a la tierra, que nos transforma reintegrándonos al circuito de la vida. Esta naturaleza que soy, además, está abierta a las otras vidas por canales, los sentidos, que me permiten sentirme, sentir y, por supuesto, apreciar. Mi cuerpo es como un instrumento musical que resuena con los estímulos que lo envuelven, tales como colores, olores, sabores, texturas, sensaciones, con una diversidad casi infinita. Este instrumento que soy puede afinarse para resonar con las múltiples melodías con que se viste el universo. Ha esto se le ha denominado educación estética, que existe dentro y fuera de las artes. Aunque las artes en las culturas de todos los tiempos han sido el reservorio de las mejores “resonancias” que han ocurrido entre el ser humano y la vida plasmadas en materialidades que denominamos obras y ante las cuales volvemos a resonar como lo hicieron aquellos que tuvieron una experiencia.

Apreciar es darle una oportunidad a la experiencia, decirle sí al tiempo e ingresar de cuerpo presente a él, arriesgándonos, abriéndonos a los seres con los que comparto la vida. Apreciar es una dimensión, la experiencia “estética”. Esta palabra significa percepción, sensación, emoción y sentimiento, una forma del conocimiento, una epistemología, que tanto en las culturas asiáticas como en las occidentales han llamado, sabor. Las palabras sabor y sabiduría tienen una raíz común. Saborear la vida, es una experiencia estética y es ella la que va abriéndonos al sentido del vivir.

Columna Claudia Lira Soy Naturaleza 01

El maestro Zhi yi nos dice en el siglo VI, saborear sin sabiduría es huero y la sabiduría sin sabor es fría. Con estas frases nos invita a integrar el conocimiento y la sensibilidad. Y nos da la clave para esta integración hablándonos de zhi guan 知 觀, la contemplación, que no es un quedarse mirando las cosas y pretender que estas permanezcan ahí para nosotros, sino que es un activarse para alcanzar un estado de percepción que me permita seguir el “curso” de las cosas, porque la vida es impermanencia, movimiento, como la respiración, como el movimiento del sol en el cielo, como las olas en el mar.

Para contemplar hay que detenerse, hacerlo es una oportunidad para saborear la vida. Detenerse es ocio lo contrario al negocio, es decir, soltar toda meta, todo deseo en el presente que estoy viviendo para conectarme por unos segundos, con lo que está ocurriendo en este espacio y en este tiempo con mi cuerpo/naturaleza y con la naturaleza que está junto/alrededor de mí. En el budismo, en el daoísmo y en el catolicismo oriental se denomina “concentrar la atención” mediante el esfuerzo de sentir la sensación de mi cuerpo, por ejemplo, como se mueve mi torso al respirar mientras el viento toca la piel de mi rostro agitando las ramas de los árboles. Es un gesto de recogimiento de mi atención hacia mi cuerpo en conexión con el cuerpo de la vida. Con este solo esfuerzo recuperamos la dimensión del ser, como los griegos lo llamaron, la “presencia”. Traer la “presencia a la existencia”, “vivir existiendo” o de “cuerpo presente” son maneras de llamar a este estado de la atención, que es un afinamiento de la capacidad perceptiva humana, que cambia radicalmente mi manera de habitar. Es este cambio de sensibilidad el que me puede “despertar” para darme cuenta de que cada vez que estoy ausente de la vida, mis acciones se vuelven ciegas, torpes e insensibles ante la vida y su continuidad. La sensibilidad es una conciencia abierta al misterio de la vida, es la posibilidad real de recuperar el asombro ante la diversidad enigmática del ser. Pero la experiencia estética sin sabiduría es huera, esto quiere decir, que al experimentar el toque de la vida en mis sentidos, en mis sensaciones, en mis emociones hay que quedarse sintiendo para que eclosionen en mí los sentimientos, la gratitud por estar viva, la serenidad y el gozo propios del ser, la compasión ante la impermanencia y el respeto por la gracia de estar vivo/viva ahora. Sin abandonar el sabor de la vida porque si no nos volvemos fríos.

Columna Claudia Lira Soy Naturaleza 02

Por qué un Concurso Soy naturaleza para la carbononeutralidad porque recuperar el cuerpo del cosmos, la casa común, pasa necesariamente por recuperar y respetar mi cuerpo, que es el fundamento de mi sensibilidad y esta la puerta hacia el cultivo de mis sentimientos. La más alta conciencia es la compasión, que es una inteligencia y una sensibilidad integradas. No podemos pretender un cambio radical, una nueva ética del cuidado sin cultivarnos a nosotros mismos. Cuidar nuestras acciones desde el deber es frío, cuidar desde el amor es sabiduría, siguiendo las enseñanzas de Zhiyi. El amor nace en la relación sensible hacia mí misma y la comunidad de seres vivos con los que comparto el vivir y el primer paso hacia el amor es recuperar mi atención. Despertar a la vida.

Claudia Lira

Columna de opinión por Claudia Lira, académica Instituto de Estética UC

[1] Zhi 知 (chino) shi (japonés): Higiene/purificación corporal y mental para que ocurra la unidad mente y cuerpo y acontezca el saber entendido como algo receptivo.Guan 觀 (chino) kan (japonés) Pausa y receptividad o Respirar y contemplar. Una vez abierta la capacidad apreciativa/cognitiva, podemos apreciar, profundizar en el sentido, unidad y, comprender, cada cosa en interconexión.

Zhi guan (chino) o shikan (japonés), alude a un tipo de conocimiento que es distinto a la concepción que tenemos de él porque incluye la apreciación y el sentimiento. Parar y contemplar se expresa en chino clásico como zhi guan 知 觀. El conocimiento zhi tiene el sentido de saber, apreciación, sentimiento, más integralmente, saber con sentimiento. Tiene el sentido de Dao, es decir, un saber que fluye con la vida y que la sigue en su movimiento de transformación, relacionándose de esa manera con la segunda parte del sinograma guan 觀, con mirar en el sentido de ver jiàn 見, un ver donde la mirada descansa porque es abierta, móvil sin intención.

[2] 止観 shikan: Observación tranquila y clara, término budista de la Escuela Tien tai, escuela que funda Zhi yi o Shige como se le conoce en Japón (escuela Tendai)